martes, 3 de abril de 2012

LOS DEBERES DE LOS HIJOS CON LOS PADRES Y CON LA SOCIEDAD
Por Loida Sánchez Moreno.
En los últimos años órganos e instituciones sean enfocado en dar a conocer y han realizado un esfuerzo enérgico, para que todos los ciudadanos conozcamos los derechos de la niñez y adolescente, que es de vital importancia en la educación y defensa de los mismos.     Una pieza que resulta la columna vertebral para las futuras generaciones; puesto que el conocimiento de estos derechos ha contribuido a la corrección de muchos abusos a los que ellos eran sometidos consciente e inconscientemente, mejorando indudablemente en una mejor crianza tanto física como psicológica, para una sociedad más sana.
Sin embargo, se han olvidado de dar a conocer los deberes de la niñez y adolescentes, para con los padres, que constituyen en un conjunto de valores imprescindibles que trabajan armónicamente en equipo para un mayor equilibrio familiar y por ende social.
Existen diferentes tipos de deberes:
Según el Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de los Niños, Niñas y Adolescentes, la Ley 136-03, los deberes de los mismos son los siguientes:
v  Honrar a la patria a través del respeto a sus símbolos, héroes y heroínas;
v  Valorara y respetar la familia como núcleo social, honrando y obedeciendo a sus padres o responsables, quienes, a su vez, deben aceptar y respetar sus derechos y no contravenir el ordenamiento jurídico;
v  Actuar con apego a los principios de la convivencia democrática, solidaridad social y humana;
v  Respetar la libertad y diversidad de conciencia, pensamiento, religión y cultura;
v  Cumplir con sus responsabilidades escolares, familiares y comunitarios;
v  Contribuir con la preservación del medio ambiente, a través de la conservación de los espacios de la comunidad que habita;
v  Cumplir y respetar las leyes, al igual que otro deber establecido en las mismas.
Según la religión  el principal deber de los niños, niñas y adolescentes  es:
 «Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas largo tiempo y seas feliz en la tierra» (cf. Deut. 5, 16).
Este mandamiento tiene como principal objeto los deberes de los hijos hacia sus padres; pero comprende también los deberes de los padres hacia los hijos, así como los deberes recíprocos de patronos y servidores, de marido y mujer.
Un hijo debe a sus padres amor, respeto y obediencia. Por lo tanto, en primer lugar está obligado a amarlos, o sea es una bicondicional.
Este deber engloba una serie de valores como el respeto que según fuentes de internet es una de las bases sobre la cual se sustenta la ética y la moral en cualquier campo y en cualquier época.
También es aceptar y comprender tal y como son los demás y aceptar  su forma de pensar.  Es aceptar y comprender al humilde y al engreído, al pobre y al rico, al sabio y al ignorante; física, moral o intelectualmente  situarla en el mismo lugar de comprensión, sin importar su condición.
Todo inicia con la formación de la familia: que  es considerada como el órgano que forma los seres humanos para la sociedad.    Es el lugar donde el ser humano recibe la  formación, amor, comprensión, educación, valores, virtudes y principios a seguir que son intransingibles, irrenunciables, interdependientes e indivisibles entre sí.
Obviamente, va entrelazado a la obediencia la cual suele funcionar mediante obligaciones o prohibiciones que exigen la realización u omisión de ciertas acciones. El concepto implica la subordinación de la voluntad individual a una figura de autoridad, que puede ser tanto una persona como un grupo o un concepto.
Siendo la obediencia infantil la más interesante en este artículo, debido a que esta es  la subordinación natural que expresan los niños a los padres como resultado del proceso de integración familiar.
Sin embargo, en la actualidad y principalmente en los adolescentes el respeto y la obediencia a que ellos deben ser sometidos ante sus padres se han perdido, hoy en día tienen conceptos muy errados, causado por las malas asociaciones y la falta de comunicación entre padres e hijos, normalmente hacen uso de sus derechos, pero no quieren hacer uso de sus deberes, por lo tanto, si no hay comunicación no puede existir confianza y por ende no se les puede orientar correctamente.
Indudablemente, los padres no  pueden exigir lo que no  dan, usted como adulto debe pisar firme, porque por donde usted pisa, pisan sus hijos, debido a que usted es el guía, el espejo, el orientador y el control, por lo tanto, lo recomendable es que usted como padre o madre tenga control de sus pasos y actuaciones,  puesto que es usted el que educa.
Hacerse una autoevaluación psicológica, para que esté seguro que no va a transmitirles conductas inconscientemente inadecuadas ya que la mayoría arrastramos y transmitimos una transculturización de machismo y malos hábitos a las futuras generaciones.
También tener claro una serie de puntos claves para ganarse el respeto  de ellos como son:
v  Objetivos
v  Observadores
v  Escucharlos
v  Discretos
v  Ser sus mejores amigos
v  Ser flexibles
v  Pacientes
v  Saber delegar funciones y roles en su ausencia.
Recuerde que usted es el adulto, son sus hijos, es su hogar, son sus reglas y es usted quien controla.